martes, 14 de enero de 2020

Hablando de soledad...




Siempre pude sola

Desde que en la primaria hacía los deberes en la escuela por si nadie me ayudaba en casa
O cuando ahorré durante meses para comprar lo que quería, porque me habían dicho que no
Siempre pude sola
Cuando la vida me mostró que de aquellas personas que debían cuidarme y quererme, podía esperar lo peor
Cuando la angustia de lo siniestro se apoderó de mi cuerpo siendo solo una adolescente y decidí ir al psicólogo por mis propios medios
Cuando la primera persona en la que confié me traicionó y sentí que me desarmaba de dolor
Cuando una y otra vez me dieron la espalda al pedir ayuda
Pude sola, siempre
Sin saberlo, sin buscarlo, lo fui descubriendo a la fuerza
Cuando elegí justamente lo que no esperaban de mí, y me costó amistades y más y más soledad
Aprendí que la libertad puede tener un precio muy alto, pero que sería mi opción siempre
Cuando me embarqué en la compra de las pocas cosas materiales que tengo, y terminé afrontando deudas y malos momentos, los superé
Pude sola, siempre
Y voy a seguir pudiendo
Aunque viva lejos, aunque todo siga siendo cuesta arriba, porque lo que uno quiere usualmente no suele estar al final del camino más fácil
La vida me enseñó que voy a poder siempre, sola, y ya no me asusta
Pero sabés qué? 
En el punto más álgido de mi auto suficiencia, te quiero al lado mío, porque hay una forma de soledad que puedo, pero no quiero afrontar: es la de amarnos de esta manera y no poder estar juntos

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