lunes, 30 de junio de 2008

Yo prejuiciosa I

Cuántas veces habremos escuchado a una persona prejuzgar a otra por su condición física, social, su forma de vestir, su forma de hablar, alguno de sus gustos, etc. Cuántas veces lo habremos hecho! Al menos en silencio. Y sí, todos tenemos prejuicios, la diferencia está marcada por la capacidad de reconocerlos como tales, para poder entonces cuestionarlos y que no terminen siendo una suerte de verdades absolutas con las cuales medimos y calificamos todo y a todos. Yo reconozco algunos de mis prejuicios, ésto no los hace desaparecer, simplemente ayuda a saber que son una idea sin fundamento objetivo, que puede en la realidad ser fácilmente refutada. Aquí les dejo uno bastante popular, que para mí hasta tiene una explicación que lo vuelve lógico.

La gente linda es tonta; o, por lo menos, menos perspicaz que la gente normal; ojo que hay mucha gente tonta y encima fea!!! Eso es el colmo!!! Jajajaja, qué mala, perdonen, pero vuelvo a ser yo, uiiiiiii.
Decía: supongamos a un nenito de un año, agraciado con todos los rasgos definidos por lo social como bellos, ese chiquito es adoración de, por lo menos, mucha gente en su familia y su entorno, por esto del narcisismo, que otro día les explico, pero bueno, en fin... El nenito aprende rápido que las sonrisitas y ciertos gestos hacen que las cosas le salgan como quiere; y así en la escuela, en cada lugar en que el nenito (o nenita, claro está) crece, se desarrolla, por lo que va aprendiendo que su condición física le abre puertas, con la esperable consecuencia de no calentarse por ser demasiado simpático/a, gracioso/a, culto/a, y todas esas cosas que las personas normales cultivamos para agradar a los otros y conseguir lo que deseamos y/o necesitamos...
En un todo parecido a cuando Lisa Simpson entra al concurso señorita Springfield y gana la que tenía las pestañas postizas, por resultar más adorable; ese es un ejemplo de nenita que aprendió a usar la belleza que le dieron sus genes.
Aquí entran miles de casos de gente de figura muy pública, que llevan esta relación inversamente proporcional belleza/inteligencia a extremos risibles.

Los normales y feos, jajajaja, (qué mala de nuevo!!!) tenemos que esforzarnos un poco, y bueno, eso nos hace todo lo que somos, todo lo bueno que tenemos tiene en parte ese origen.

Hasta ahora no conocí una persona que refute esta teoría, los/as lindos/as que conocí que no eran medio boludos habían sido normales-menos digamos, hasta cierta edad en que cambiaron... (síndrome del patito feo, diría el amigo del protagonista de Amor Ciego)