martes, 30 de mayo de 2023

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Los mandatos inconscientes que cargamos pueden tomar las más diversas representaciones: Dios, el Universo, el Karma, el destino...
La extrañeza que nos produce el desconocimiento de su origen nos lleva a encontrarlo siempre afuera, imposible de controlar, omnipotente. A veces justo, a veces cruel, a veces irónico, pero siempre inasible. La única forma de recuperar el poder es traer a la luz esos monstruos y darles su justa dimensión. Entonces un día podemos sentir la tentación -y hasta caer en ella- de reírnos del destino, el universo, Dios o como quiera que le hayamos llamado, para poder simplemente sucumbir sin culpas a nuestro deseo.