martes, 24 de junio de 2008

Sábado maniático

(NO ME TOQUES!)
Sábado de abril. Salimos a bailar el Mazy, un amigo suyo y yo.

La noche tuvo sus peripecias, sus momentos bizarros, como cuando fuimos a recoger las cámperas de donde gentilmente nos las habían guardado sin cobrarnos, y el Mazy encontró una misteriosa bolsa plástica, color verde fluor, bien llamativa ella, en el bolsillo de su abriguito. Jajajajaja, cómo llegó ahí? Nunca lo supimos. Él esperaba que, como era verde, tuviera dólares, pero nada, ni un maní o una papa frita del año pasado había adentro.

También hubo situaciones cuasi-desagradables y/o vergonzosas, como cuando mi viejo me acompañó a tomar el colectivo cuando salía de casita, y la botella de Gatorade, llena de vodka (que había sobrado de la nunca bien ponderada fiesta de disfraces que se había realizado en mi casita semanas antes) se movía dentro de la cartera, emitiendo un gluu, glu-glu, de líquido revolviéndose, y, ya en la parada del colectivo empecé a sentir olor a alcohol! Mi viejo me miró con cara de "Te pregunto o no te pregunto?", y se decidió por el no, sabia decisión la suya, a veces es mejor ignorar ciertas cosas.
Si ustedes creen que es de muy borracho, un desastre llevar vodka de contrabando en la cartera, yo también lo pensé; pero en mi defensa le pregunté al Mazy, y él dijo: "Una? Llevalo en dos botellas!"

Y bue... no podían faltar los momentos en los que pudiera sacar a relucir mi histeria, mis manías y mi intolerancia. El amigo del Mazy se emborrachó, y bueno, todo bien con que estés bastante entonado, pero tenés que demostrar que jugar al rugby te mató ya buena parte del cerebro? Y justo esa parte que te hace saber que no podés taclear (o como se llame) a una mina, no podés hacer eso con cualquier chica, menos conmigo!

Por qué? Aquí viene mi manía: Soy muy, demasiado lady (en el sentido de exageradamente delicada) en lo que respecta a algunas cosas, a saber:

1- Me dan pánico los insectos; las cucarachas, las arañas, las moscas, las langostas, las abejas, las cucarachas de nuevo, bueno, ante la presencia de éstos, y otros seres igualmente impredecibles con potencial de provocar algún tipo de alergia, irritación cutánea o lo que se le parezca (cosa que en mí no es nada difícil) estoy al borde de un ataque de pánico, me pongo muy nerviosa, seguramente grite, o salga corriendo o algo así de exagerado, lo cual, obviamente, provoca que quien fuera que esté conmigo reaccione de dos maneras posibles: se embole y me diga que no es para tanto, o se pare a mirarme y cagarse de risa (de mí, no conmigo).

2- Esto es al margen, medio al ángulo, pero se me ocurre contarlo: se trata de una fobia que tengo, se lo imaginaban? La psicóloga con fobia, y sí, bol***, acaso los médicos no se enferman?!
Cuestión que mi fobia es a las escaleras mecánicas; no puedo siquiera acercarme a una, porque se me acelera el pulso, empiezo a transpirar, me cuesta respirar (mmm... de repente me sonó a la descripción de otra situación... sepan disculpar, es por tanto leer Freud)
En conclusión: por suerte en el centro no tengo que enfrentarme a estas maquinitas diabólicas (jajajaja, re delirante), pero cuando me tocó hacerlo, no hubo chance que me subiera, si alguien me llevara en brazos hasta ellas a la fuerza, sinceramente, creo que me desmayaría. Así son las fobias! Inútiles, sin sentido, e inevitables... (Esto me sonó a un par de dizque amigas que tenía, o a ciertas parejas que no pueden terminar de separarse nunca)

3- Por fin, mi peor manía, no la que me pone más nerviosa, en eso gana la fobia, pero sí la que me exaspera más, es el hecho de que no soporto los amontonamientos, porque no soporto el roce con personas que no conozco y en las que no confío; o sea: en esta fiesta que hubo en mi casa (alguna vez les muestro fotos), eran casi todos conocidos y de confianza, así que no me molestaba para nada que estemos recontra amontonados en la estrechez del living de mi casa; pero en lo que respecta a boliches, a colectivos, a recitales de rock (los cuales detesto), no me banco que la gente entre en contacto físico conmigo; de aquí saquen sus conclusiones:

Sumen un amigo de un amigo (o sea un desconocido) tratando de taclearme (será así?), empujándome en broma, agarrándome de la mano a la fuerza, o sea, un borracho molesto, todo un ejemplar de pelotudo (ojo, sobrio puede ser un señor, eh?, yo no lo conozco); en fin, sumen esto a una mina poco tolerante, con una manía como la que acabo de describir:

pesado + maniática = maniática embolada y puteando

Era una detrás de otra: "No podés ser tan pesado", "Ya no me jodas boludo", "Sos un estúpido cuando estás borracho", "No podés ser tan molesto", "Si fuera hombre te haría re cag**" (Y entendí ésto de que, a veces cuando los varones se juntan, terminan corriendo a uno del grupo a la mierda cuando se emborracha, por molestooo, yo lo quería matar!)

NOTAS: Puede surgir, con absoluta razón, el interrogante: ¿Qué mierda hace en un boliche si no soporta los amontonamientos? La respuesta es simple: los boliches a los que voy son sólo dos, ninguno llega nunca a llenarse demasiado, así que siempre hay espacio para bailar sin golpearte con las demás personas, o para sentarte, ya sea adentro o en el patio; las pocas veces que la cantidad de gente sobrepasó mi límite de tolerancia, me fui a otro lado.