lunes, 24 de febrero de 2020

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Encontré tu foto entre cosas que olvidé descartar (que no es igual a guardar).
Te observé un largo rato tratando de evocar el último abrazo, el último momento que compartimos. No pude.
Es extraño cómo los recuerdos que se me presentan más nítidos son siempre aquellos que aún no se han despegado de las emociones a las que estuvieron unidos en un principio.
Hoy tu imagen ya no carga con la alegría de los primeros tiempos, ni con la incertidumbre y el dolor del final. Hoy tu espacio vacío se ha desdibujado, tu sonrisa y tu perfume ya no orientan búsqueda alguna.
Hoy no hay tristeza que transitar cada vez que te pienso porque las canciones ya no te traen, los lugares ya no te esperan, mis pequeños espacios de soledad ya no te anhelan.
Hoy pude borrar tu foto porque -sin que lo sepas siquiera- al fin puedo decir (te) adiós.