jueves, 20 de febrero de 2020

Para nadie en ninguna fecha

En una noche sin expectativas te conocí, casi sin querer. Las imágenes de esas horas se acumulan en mí, sin orden y sin preferencia, cada vez que te pienso.
La textura de tus labios, tu risa, el olor de tu piel que me invitaba a no alejarme jamás. Te hubiera observado hablar por horas sin tocarte, mi amor hubiera renunciado a cualquier contacto físico sólo por tenerte cerca. Aún se me estruja el corazón cuando el flashback de tu figura subiendo esas escaleras me asalta sin previo aviso. Aún tu ausencia me duele en algún lugar del cuerpo que no puedo precisar, aún el recuerdo de tu voz nombrándome juega a hacerle piquete al tráfico de oxígeno en mi pecho.
En potencia y en mi imaginación esa química que nos acercó en principio nos hizo arder con la pasión y la ternura que explícitamente anhelabas, en mi imaginación fuimos todo, recorrimos largos caminos juntos, fuimos plenos uno al lado del otro. Pero algo salió mal, porque no fue, porque no era el momento, nuestro momento, porque me quedé sola en ese camino.
Hoy, hoy me sigue costando un poquito empezar a sentirme desgraciada, hoy me vuelvo a preguntar cómo se hace el duelo por algo que nunca fue. Hoy tu nombre me sigue delatando, porque, mi amor: me seguís doliendo en todo el cuerpo