lunes, 23 de junio de 2008

Curiosos

Personas involucradas: Él y Yo.
Hora: 4:25 am, aproximadamente.
Contexto: Salida de boliche, zona del abasto, caminando hacia el centro.
Nivel de alcohol en sangre: Crítico.

(Caminábamos hacia el este, cuando, en una esquina, a 60 metros hacia el norte, se veía el cartel de un conocidísimo hotel de alojamiento transitorio, más conocido como "telo" o "mueble", éste último término sólo se lo escuché a gente mayor de 50, pero bue... no falta el colgado)

Yo: Mis compañeros del secundario decían que eso no es un telo, sino que hay putas, es verdad?
Él: No sé... Preguntemos.
Yo: Qué, llegamos y decimos: "Hola hay putas?"
Él: Naaaaa, nos hacemos de preguntar por el precio y ya, ahí vemos qué onda el lugar.
Yo: Dale, de una.

(Treinta metros antes de la puerta del Hotel, nos damos cuenta que para fingir preguntar por el precio de una habitación, como quienes abrigan la intención de tener dos horas de sexo desenfrenado, era menester buscar la forma de no parecer primos, hermanos, o dos personas cuya relación no implica intercambios sexuales de algún tipo; así que nos agarramos de la mano (no sé si era suficiente, pero no daba para otra cosa); llegamos, y la recepción era la de un Hotel de lo más común y corriente, en ese momento me di cuenta de la ingenuidad/estupidez/imaginación grotesca nuestra de suponer que yendo hasta ahí íbamos a saber si había putas, como si las minas fueran a estar acomodadas en una vitrina, con el precio colgado del cuello)

Señor (sentado en la recepción): Buenas noches.
Él y Yo: Buenas noches.
Señor: Quieren una habitación?
Él: Sí.
Yo: Cuánto vale el turno?
Señor: Doce pesos.

[Nota mental mía: Doce? Dijo doce? Debe ser una ratonera, una pocilga... Será doce realmente? Naaa, es muy poco!... Pero es lo que escuché... Ya! El turno debe ser re corto!]
[Nota mental de Él: Doce?! Tengo que volver aquí con una amigota!]

Yo: De cuánto es el turno?
Señor: De tres horas, pero los turnos son sólo durante el día, a esta hora no.
Él: Ok, gracias.

(Nos vamos, quedando casi confirmado: en el hotel, a la noche, debe haber putas, por qué otra razón no habría turnos para parejas a esa hora, sino, y sólo de día? Por qué estaría abierto entonces? Después de todo un hotel onda Catalina's Park no es. A todo ésto, después de doblar la esquina, y continuar nuestro camino hacia el centro, seguíamos de la mano)

[Nota mental mía: Doce?! Tres horas?! Tá loco! Pero debe ser cualquiera, naaa, ni en pedo vendría... Aunque... doce pesos no es mucha plata para arriesgarte al menos a entrar a ver qué onda, de última nos vamos a la mierda y no fue mucha plata tirada, además, si no es un nido de ratas... es buen negocio, pero no sé...]

[Nota mental de Él: La porteñita, no, me puedo meter en kilombo, la mina es re densa; la de la facu, mmm... se hace la hermosa, no va a querer entrar ahí; la que me firma el metro diciéndome chanchadas... Esa! Yastá, tengo que volver...]

(Una cuadra después)

Yo: Por qué seguimos de la mano, boludo?!
Él: (con gesto de asco) Sí! Soltame, desubicada, recatate che!

(Durante las tres cuadras siguientes: ataque de risa de ambos, el alcohol hace cada cosa!)